Siente el dolor
Debemos aprender conscientemente a ser y actuar como humanos yendo, a veces, en su justa medida, en contra de nuestros instintos animales. Nuestra reacción natural al dolor es evitarlo a toda costa. Cuando es permanente, constante, es bueno aliviarlo, ya que una presencia persistente del mismo inducirá más daño. Sin embargo, a veces, no importa lo que hagamos, el dolor llega, porque está aquí para enseñarnos algo.
Como cualquier otro ser, debemos aprender a escuchar lo que tiene que decir, y permitir que nuestro ser y nuestra alma lo experimenten plenamente. Es parte de la experiencia de intensa vitalidad carnal que elegimos tener. No queremos irnos de este mundo sin experimentar todo lo que hay en él, y el dolor es una de esas cosas. Cuando aprendes a permitirte sentirlo y experimentarlo, es cuando mejor se va.
Cuando alguien te hiere, te maldice, es porque siente dolor. La mejor manera de disolver la maldición es sentirla, sentir lo que esa persona siente, y aunque no lo merezca, abrazarla a ella y a su dolor. No lo hagas tuyo, no le pidas que se quede, déjalo pasar a través de tu atención y de tu tiempo.
Siente el dolor
Debemos aprender conscientemente a ser y actuar como humanos yendo, a veces, en su justa medida, en contra de nuestros instintos animales. Nuestra reacción natural al dolor es evitarlo a toda costa. Cuando es permanente, constante, es bueno aliviarlo, ya que una presencia persistente del mismo inducirá más daño. Sin embargo, a veces, no importa lo que hagamos, el dolor llega, porque está aquí para enseñarnos algo.
Como cualquier otro ser, debemos aprender a escuchar lo que tiene que decir, y permitir que nuestro ser y nuestra alma lo experimenten plenamente. Es parte de la experiencia de intensa vitalidad carnal que elegimos tener. No queremos irnos de este mundo sin experimentar todo lo que hay en él, y el dolor es una de esas cosas. Cuando aprendes a permitirte sentirlo y experimentarlo, es cuando mejor se va.
Cuando alguien te hiere, te maldice, es porque siente dolor. La mejor manera de disolver la maldición es sentirla, sentir lo que esa persona siente, y aunque no lo merezca, abrazarla a ella y a su dolor. No lo hagas tuyo, no le pidas que se quede, déjalo pasar a través de tu atención y de tu tiempo.