La curva del tiempo - el útero.
Asumimos que, surgiendo desde de nuestros puntos de encaje, la creación sigue la misma constante. Asumimos que existe una constante, o que la constante es recta. No lo es, se curva. A medida que el tiempo se curva desde nuestro presente hacia nuestro pasado, más lento y largo es. El tiempo no es más que la historia de ti, de los vivos, de la vida, del útero que te creó. Si observamos la historia de nuestra madre tierra, excavando en las rocas y los cañones, veremos evidencia de una formación y evolución, un proceso de nacimiento, crecimiento y maduración que antaño fue intenso, y transcurrió mucho más tiempo cuanto más nos adentramos en el pasado. Con el paso de los eones, la tierra comenzó a girar más lentamente, se equilibró, desarrolló vida y creó climas más estables, propicios para una mayor biodiversidad y, para nosotros, para la vida consciente.
Dado que ahora nos encontramos en ese punto donde existe una historia registrada de nosotros y una larga historia estudiada de todo lo que nos ha precedido en el tiempo, podemos afirmar que tuvo que transcurrir mucho tiempo, y que fue necesario un gran crecimiento y maduración para que apareciéramos en escena. Somos jóvenes en la escala temporal de la Tierra, pero lo suficientemente mayores en nuestra propia escala humana como para considerarnos no tan nuevos. Hemos almacenado suficiente información sobre nuestra historia y recopilado suficiente información sobre la Tierra y el cosmos como para percibir y recrear con precisión la escala del tiempo. Nos encontramos en un momento maravilloso de reconocimiento del cosmos, donde podemos avanzar hacia una meseta del futuro donde la curva del tiempo se aplana, donde las cosas se vuelven más estables y equilibradas, y la evolución se vuelve menos intensa y acelerada. Ahora puede dirigir su energía hacia una mayor estabilidad, complejidad, detalle y fiabilidad. El tiempo es energía, y la energía lo es todo. Tan pronto como estemos dispuestos a reconocer esto, podremos unirnos como seres inteligentes, autónomos y conscientes, y crear un mundo viable para todos.
La demencia y la desconexión actuales pueden ser síntoma de una cura, si queremos alcanzarla. Sentimos ganas de volver al útero, quedarnos en cama, ¿a quién le gustaría "ir a trabajar"? Sentimos el frío de la oscuridad de lo desconocido que nos rodea al entrar en una etapa de mayor expansión. Tenemos el poder de nuestra historia para convertirla en la mejor versión posible. No estamos desesperanzados; ese sentimiento es lo que nos atormenta. Ahora hay un gran conocimiento disponible e interconectado. Sin embargo, nunca hemos tenido tan poco acceso real a él, a una comprensión real. Somos niños huérfanos, perdidos para la madre del conocimiento, la madre tierra. Por eso queremos volver al útero, por eso nos sentimos desesperanzados. Es nuestro propio miedo a no poder conectar y a vernos obligados a proceder con métodos, leyes e ideas dementes. Tan pronto como estemos dispuestos a reconocer nuestros errores, nuestra ignorancia y perdonarnos a nosotros mismos porque esto no fue totalmente culpa nuestra, todos estamos atrapados en ello, entonces podremos comenzar a conectar puntos con seriedad que pueden acercarnos a la congruencia.
La curva del tiempo - el útero.
Asumimos que, surgiendo desde de nuestros puntos de encaje, la creación sigue la misma constante. Asumimos que existe una constante, o que la constante es recta. No lo es, se curva. A medida que el tiempo se curva desde nuestro presente hacia nuestro pasado, más lento y largo es. El tiempo no es más que la historia de ti, de los vivos, de la vida, del útero que te creó. Si observamos la historia de nuestra madre tierra, excavando en las rocas y los cañones, veremos evidencia de una formación y evolución, un proceso de nacimiento, crecimiento y maduración que antaño fue intenso, y transcurrió mucho más tiempo cuanto más nos adentramos en el pasado. Con el paso de los eones, la tierra comenzó a girar más lentamente, se equilibró, desarrolló vida y creó climas más estables, propicios para una mayor biodiversidad y, para nosotros, para la vida consciente.
Dado que ahora nos encontramos en ese punto donde existe una historia registrada de nosotros y una larga historia estudiada de todo lo que nos ha precedido en el tiempo, podemos afirmar que tuvo que transcurrir mucho tiempo, y que fue necesario un gran crecimiento y maduración para que apareciéramos en escena. Somos jóvenes en la escala temporal de la Tierra, pero lo suficientemente mayores en nuestra propia escala humana como para considerarnos no tan nuevos. Hemos almacenado suficiente información sobre nuestra historia y recopilado suficiente información sobre la Tierra y el cosmos como para percibir y recrear con precisión la escala del tiempo. Nos encontramos en un momento maravilloso de reconocimiento del cosmos, donde podemos avanzar hacia una meseta del futuro donde la curva del tiempo se aplana, donde las cosas se vuelven más estables y equilibradas, y la evolución se vuelve menos intensa y acelerada. Ahora puede dirigir su energía hacia una mayor estabilidad, complejidad, detalle y fiabilidad. El tiempo es energía, y la energía lo es todo. Tan pronto como estemos dispuestos a reconocer esto, podremos unirnos como seres inteligentes, autónomos y conscientes, y crear un mundo viable para todos.
La demencia y la desconexión actuales pueden ser síntoma de una cura, si queremos alcanzarla. Sentimos ganas de volver al útero, quedarnos en cama, ¿a quién le gustaría "ir a trabajar"? Sentimos el frío de la oscuridad de lo desconocido que nos rodea al entrar en una etapa de mayor expansión. Tenemos el poder de nuestra historia para convertirla en la mejor versión posible. No estamos desesperanzados; ese sentimiento es lo que nos atormenta. Ahora hay un gran conocimiento disponible e interconectado. Sin embargo, nunca hemos tenido tan poco acceso real a él, a una comprensión real. Somos niños huérfanos, perdidos para la madre del conocimiento, la madre tierra. Por eso queremos volver al útero, por eso nos sentimos desesperanzados. Es nuestro propio miedo a no poder conectar y a vernos obligados a proceder con métodos, leyes e ideas dementes. Tan pronto como estemos dispuestos a reconocer nuestros errores, nuestra ignorancia y perdonarnos a nosotros mismos porque esto no fue totalmente culpa nuestra, todos estamos atrapados en ello, entonces podremos comenzar a conectar puntos con seriedad que pueden acercarnos a la congruencia.
