Círculo de palabra
9 Koskakuahtli
Citando a Julian Katari del 03/05/2025, 1:07 pm
Rompiendo lo viejo
Moldear la mente tiene un secreto que los medios modernos no revelan. Este secreto es que la mente reside en todo, es todo. De este todo, tu cuerpo, de forma única, es una gran parte de lo que compone tu mente. Entonces, moldear tu cuerpo significa moldear tu mente. Explorando hasta bien entrada la medianoche, mientras todos dormían, en la oscuridad y con la ayuda de una alfombra, exploré las limitaciones de mi mente que se encuentran en mi cuerpo. Continué este moldeamiento que he estado haciendo, donde puedo expandir mi mente, entrenar y adquirir comprensión a través del arte de realizar movimientos con mi cuerpo. En la exploración de anoche, el nawal de hoy me habló y me enseñó la relación que existe entre la combinación de hoy y lo que estaba haciendo: romper lo viejo.
Después de cumplir 26 años, que son 2 ciclos de 13 (sabiduría enseñada por los nahuas o mexicas, sobre la que espero tener un curso más adelante), dejamos de producir hormonas de crecimiento y, por lo tanto, ya no nos rejuvenecemos como antes. Aquí es cuando ves a una joven de 28 años quejarse de su edad porque no soporta la noche ni cualquier otro esfuerzo como antes. Es a partir de aquí que puedes interesarte, o debes interesarte, en alejar la vejez. La vida y la gravedad —la dimensión Ruay de los andinos— te encogerán, te presionarán, y si no haces nada, envejecerás y te debilitarás.
Curiosamente, en esta cultura moderna no se enseña nada al respecto, y simplemente asociamos como natural que, al envejecer, nos volvemos más débiles y menos capaces físicamente. En esta naturalización surge una miríada de malas energías que simplemente se instalan en el cuerpo —una mente— que les permite hacerlo. Como puedes ver, la cultura moderna, insensata, no es para nada avanzada; es entonces lo viejo: algo viejo que queremos dejar morir o renacer de en una nueva forma. Permitirte descubrir cómo has almacenado estas viejas energías es el primer paso para liberarlas. Para ello, necesitamos el no hacer. Qué anormal es que, de mi cama, mientras todos duermen, me arrastre, baje y, sin rendirle homenaje a cronos (el tiempo medido por la máquina), empiece a hacer los movimientos más extraños posibles. El depósito de no hacer en el curso de entrenamiento tolteca está a punto de crecer mucho más. Si no nos adentramos seriamente en el no hacer, lo viejo nos alcanzará y nos tragará la nada.
Rompiendo lo viejo
Moldear la mente tiene un secreto que los medios modernos no revelan. Este secreto es que la mente reside en todo, es todo. De este todo, tu cuerpo, de forma única, es una gran parte de lo que compone tu mente. Entonces, moldear tu cuerpo significa moldear tu mente. Explorando hasta bien entrada la medianoche, mientras todos dormían, en la oscuridad y con la ayuda de una alfombra, exploré las limitaciones de mi mente que se encuentran en mi cuerpo. Continué este moldeamiento que he estado haciendo, donde puedo expandir mi mente, entrenar y adquirir comprensión a través del arte de realizar movimientos con mi cuerpo. En la exploración de anoche, el nawal de hoy me habló y me enseñó la relación que existe entre la combinación de hoy y lo que estaba haciendo: romper lo viejo.
Después de cumplir 26 años, que son 2 ciclos de 13 (sabiduría enseñada por los nahuas o mexicas, sobre la que espero tener un curso más adelante), dejamos de producir hormonas de crecimiento y, por lo tanto, ya no nos rejuvenecemos como antes. Aquí es cuando ves a una joven de 28 años quejarse de su edad porque no soporta la noche ni cualquier otro esfuerzo como antes. Es a partir de aquí que puedes interesarte, o debes interesarte, en alejar la vejez. La vida y la gravedad —la dimensión Ruay de los andinos— te encogerán, te presionarán, y si no haces nada, envejecerás y te debilitarás.
Curiosamente, en esta cultura moderna no se enseña nada al respecto, y simplemente asociamos como natural que, al envejecer, nos volvemos más débiles y menos capaces físicamente. En esta naturalización surge una miríada de malas energías que simplemente se instalan en el cuerpo —una mente— que les permite hacerlo. Como puedes ver, la cultura moderna, insensata, no es para nada avanzada; es entonces lo viejo: algo viejo que queremos dejar morir o renacer de en una nueva forma. Permitirte descubrir cómo has almacenado estas viejas energías es el primer paso para liberarlas. Para ello, necesitamos el no hacer. Qué anormal es que, de mi cama, mientras todos duermen, me arrastre, baje y, sin rendirle homenaje a cronos (el tiempo medido por la máquina), empiece a hacer los movimientos más extraños posibles. El depósito de no hacer en el curso de entrenamiento tolteca está a punto de crecer mucho más. Si no nos adentramos seriamente en el no hacer, lo viejo nos alcanzará y nos tragará la nada.