Apuesta.
El camino del amor propio, de seguir el ciclo natural, esta trecena nos acerca a quienes humildemente somos y a lo que honestamente podemos ser, y eso incluye al nawal voraz de hoy, quien desea hablar en nombre de nuestros antojos y apuestas. Otros nawales quizá quieran enseñarnos a ser cuidadosos y no depositar nuestros deseos en fantasías irreales y hazañas inalcanzables, pero esto tiene otra cara. No podemos decirnos a nosotros mismos que simplemente vivamos nuestras vidas sin desear nada, soñando con lo que tanto deseamos e intentando verlo suceder a la vuelta de cada esquina. No sucede a la vuelta de la esquina y, la mayoría de las veces, tarda décadas en suceder. Sin embargo, hay algo importante en permitir que nuestra intención se manifieste, no necesariamente porque se manifestará, sino porque nos hace felices y nos llena de alegría llevarla a cabo.
Es similar a la diversión de jugar y apostar: estadísticamente, apostar no es una buena inversión, pero lo hacemos de todos modos porque nos brinda diversión y placer. El nawal de hoy nos enseñará la importancia de invertir en cosas divertidas que aparentemente traerán una mala ganancia. Si se tiene en cuenta la diversión, podemos verlo desde una nueva perspectiva: si de vez en cuando hay una ganancia afortunada en las apuestas, entonces es una ganancia doble. Más allá de la diversión y los juegos, debemos permitir que nuestra energía se eleve como un dragón y se centre en intenciones que puedan parecer improbables. Así es también como crece el universo: el azar y la aleatoriedad, las matemáticas cuantitativas, no son el código subyacente de la creación, el intento sí lo es.
Apuesta.
El camino del amor propio, de seguir el ciclo natural, esta trecena nos acerca a quienes humildemente somos y a lo que honestamente podemos ser, y eso incluye al nawal voraz de hoy, quien desea hablar en nombre de nuestros antojos y apuestas. Otros nawales quizá quieran enseñarnos a ser cuidadosos y no depositar nuestros deseos en fantasías irreales y hazañas inalcanzables, pero esto tiene otra cara. No podemos decirnos a nosotros mismos que simplemente vivamos nuestras vidas sin desear nada, soñando con lo que tanto deseamos e intentando verlo suceder a la vuelta de cada esquina. No sucede a la vuelta de la esquina y, la mayoría de las veces, tarda décadas en suceder. Sin embargo, hay algo importante en permitir que nuestra intención se manifieste, no necesariamente porque se manifestará, sino porque nos hace felices y nos llena de alegría llevarla a cabo.
Es similar a la diversión de jugar y apostar: estadísticamente, apostar no es una buena inversión, pero lo hacemos de todos modos porque nos brinda diversión y placer. El nawal de hoy nos enseñará la importancia de invertir en cosas divertidas que aparentemente traerán una mala ganancia. Si se tiene en cuenta la diversión, podemos verlo desde una nueva perspectiva: si de vez en cuando hay una ganancia afortunada en las apuestas, entonces es una ganancia doble. Más allá de la diversión y los juegos, debemos permitir que nuestra energía se eleve como un dragón y se centre en intenciones que puedan parecer improbables. Así es también como crece el universo: el azar y la aleatoriedad, las matemáticas cuantitativas, no son el código subyacente de la creación, el intento sí lo es.
