De vuelta a casa.
Ser parte de la serpiente es volver a tu madriguera. Salimos a buscar aquello que anhelamos. No hay de qué avergonzarse. La serpiente depende de muchas cosas que pasan desapercibidas, y una de ellas es la fiabilidad, o no, de su hogar. La serpiente lo sabe, y entre ese anhelo, está el de un verdadero hogar, el mejor, un buen lugar para cazar. Sin embargo, no todos los días son buenos, y si la serpiente desea ese hogar es porque aún no lo tiene. Nuestros seres queridos son los lugares donde hemos vivido o nacido; los lugares que nos conocen, que están ahí para nosotros y nos ayudan cuando lo necesitamos. Hoy es un día para celebrar eso, para estar con ellos, para volver, para llamarlos a casa si no estás ahí, para visitarlos y celebrar. Honra y confía en las estructuras básicas que te sostienen, las que están ahí, contigo, en el ahora. No importa lo pequeño, frágil o temporal que sea, es lo que tienes. Es lo que te apoyará como ninguna otra cosa, para que puedas llegar donde quieres estar. Claro que no es suficiente, no es tu mamá quien te alimenta, es solo tu madriguera. Y sí, tal vez tu mamá esté ahí y te prepare unas quesadillas, pero tú estás ahí afuera buscando la carne.
Al honrarlo, al igual que como lo haces con estas lecturas, descubrirás que germinarán. Asegúrate de terminar y entregar algo significativo hoy, mientras lo conviertes en una gran fiesta. Si aparece, haz el trato. Si no, el trato es con tu hogar, con tu marca, con tu especie, con tu oficio. El sábado, sabbat de los calendarios dominantes, y la luna nueva calificarán esto como una entrada mágica de cuatro conejo.
De vuelta a casa.
Ser parte de la serpiente es volver a tu madriguera. Salimos a buscar aquello que anhelamos. No hay de qué avergonzarse. La serpiente depende de muchas cosas que pasan desapercibidas, y una de ellas es la fiabilidad, o no, de su hogar. La serpiente lo sabe, y entre ese anhelo, está el de un verdadero hogar, el mejor, un buen lugar para cazar. Sin embargo, no todos los días son buenos, y si la serpiente desea ese hogar es porque aún no lo tiene. Nuestros seres queridos son los lugares donde hemos vivido o nacido; los lugares que nos conocen, que están ahí para nosotros y nos ayudan cuando lo necesitamos. Hoy es un día para celebrar eso, para estar con ellos, para volver, para llamarlos a casa si no estás ahí, para visitarlos y celebrar. Honra y confía en las estructuras básicas que te sostienen, las que están ahí, contigo, en el ahora. No importa lo pequeño, frágil o temporal que sea, es lo que tienes. Es lo que te apoyará como ninguna otra cosa, para que puedas llegar donde quieres estar. Claro que no es suficiente, no es tu mamá quien te alimenta, es solo tu madriguera. Y sí, tal vez tu mamá esté ahí y te prepare unas quesadillas, pero tú estás ahí afuera buscando la carne.
Al honrarlo, al igual que como lo haces con estas lecturas, descubrirás que germinarán. Asegúrate de terminar y entregar algo significativo hoy, mientras lo conviertes en una gran fiesta. Si aparece, haz el trato. Si no, el trato es con tu hogar, con tu marca, con tu especie, con tu oficio. El sábado, sabbat de los calendarios dominantes, y la luna nueva calificarán esto como una entrada mágica de cuatro conejo.
