Superficial.
Estar vivos nos mantiene ocupados. Tan solo hacer las tareas del hogar, alimentarnos, o incluso cuidar nuestro cuerpo, puede ocupar la mayor parte de nuestro tiempo. Luego están el trabajo, la recreación y los muchos proyectos en los que te hayas embarcado. Hoy quizá sintamos que apenas nos mantenemos a flote; debemos sentirnos bien porque somos fuertes, seguimos adelante. El poco tiempo que dedicamos a las cosas especiales que no son cruciales, pero que nos llevan a algún lado, es oro. Puede parecer superficial cuando las hacemos, o cuando vemos a alguien más haciéndolas, y lo es; hay mucho más que hacer, se podría hacer mucho mejor y podríamos llegar a una profundidad mucho mayor. Como el agua ha sido represada, la laguna donde vivimos los cocodrilos se hace cada día más pequeña. Y no solo eso, al no tener agua corriente, crecen sedimentos, algas y todo tipo de cosas desagradables. Como cocodrilos, somos sabios y resilientes, y podemos mantenernos vivos manteniéndonos cerca de la superficie. Hay demasiado estancamiento en lo profundo de nuestro ser ahora mismo. Sé tolerante con tu superficialidad y con la de los demás. Si puedes profundizar, eres afortunado, has encontrado un estanque con una fuente.
La energía de hoy puede ser productiva y, al mismo tiempo, podríamos simplemente optar por descansar. Hay enseñanzas sobre permitir, sobre que menos es más, sobre la ganancia que surge de la pérdida, sobre el éxito de la inacción; puede enseñarnos a no remover el lodo profundo para no arruinar nuestro propio estanque. Hay un factor de supervivencia en estar en este momento que no podemos ignorar. Ser superficial es una forma de seguir estando aquí. Si podemos fluir con esto, podríamos encontrar profundas transformaciones y beneficios que surgen de acciones y proyectos aparentemente pequeños o superficiales. Este cocodrilo puede enseñarnos a dominar la trecena del disfraz.
Superficial.
Estar vivos nos mantiene ocupados. Tan solo hacer las tareas del hogar, alimentarnos, o incluso cuidar nuestro cuerpo, puede ocupar la mayor parte de nuestro tiempo. Luego están el trabajo, la recreación y los muchos proyectos en los que te hayas embarcado. Hoy quizá sintamos que apenas nos mantenemos a flote; debemos sentirnos bien porque somos fuertes, seguimos adelante. El poco tiempo que dedicamos a las cosas especiales que no son cruciales, pero que nos llevan a algún lado, es oro. Puede parecer superficial cuando las hacemos, o cuando vemos a alguien más haciéndolas, y lo es; hay mucho más que hacer, se podría hacer mucho mejor y podríamos llegar a una profundidad mucho mayor. Como el agua ha sido represada, la laguna donde vivimos los cocodrilos se hace cada día más pequeña. Y no solo eso, al no tener agua corriente, crecen sedimentos, algas y todo tipo de cosas desagradables. Como cocodrilos, somos sabios y resilientes, y podemos mantenernos vivos manteniéndonos cerca de la superficie. Hay demasiado estancamiento en lo profundo de nuestro ser ahora mismo. Sé tolerante con tu superficialidad y con la de los demás. Si puedes profundizar, eres afortunado, has encontrado un estanque con una fuente.
La energía de hoy puede ser productiva y, al mismo tiempo, podríamos simplemente optar por descansar. Hay enseñanzas sobre permitir, sobre que menos es más, sobre la ganancia que surge de la pérdida, sobre el éxito de la inacción; puede enseñarnos a no remover el lodo profundo para no arruinar nuestro propio estanque. Hay un factor de supervivencia en estar en este momento que no podemos ignorar. Ser superficial es una forma de seguir estando aquí. Si podemos fluir con esto, podríamos encontrar profundas transformaciones y beneficios que surgen de acciones y proyectos aparentemente pequeños o superficiales. Este cocodrilo puede enseñarnos a dominar la trecena del disfraz.
