Círculo de palabra
11 N'oj
Citando a Julian Katari del 26/09/2024, 9:30 pmNuestros ideales, ideas y el cuidado de lo que es sagrado lo enfrentamos con la rutina y disciplina diaria. Los dos deben combinar en equilibrio. Se viven rompimientos, explosiones, cambios, clímax que nos llevan a poner en equilibrio estos dos polos.
Vivimos el proceso de sincronizar aquello que deseamos y consideramos importante, lo sagrado, con lo que también es importante, nuestras necesidades terrenales, nuestros hábitos. Aunque sean malos, debemos abrazarlos, incluirlos en el plan para avanzar hacia donde queremos.
Nuestros hábitos se enfrentan a nuestros intentos. De los dos lados se debe ceder, hay momentos en que un lado cede, otros en donde el otro lado cede, pero los dos se deben reunir y encontrar armonía y equilibrio. La complejidad de ser pareja. Todo es pareja. Todo es comunidad, tolerancia y convivencia.
La consciencia celestial es sagrada, pero debe armonizarse con la realidad terrenal. Nuestros cuerpos, historia, vida, y todo lo que existe y tiene fisicalidad debe seguir a la consciencia celestial. Para esto hay que purgar la consciencia celestial de la energía negativa, de la información negativa, del legado de Ak Yah Toh. Una vez encontrada la verdad que hay que seguir, ésta debe entender que se deben vivir ciclos, repeticiones y un proceso líquido y sólido de llegar hasta ahí, y que por lo tanto la manifestación de ello no es inmediato, sino que debe pasar por su debido proceso terrenal.
El habito de nuestras vidas debe estar en constante apertura y disposición de alinearse a lo sagrado. Lo sagrado debe ser flexible, consciente y tolerante con la gravedad de la realidad física que está caminando hacia esa luz.
La ciclicidad y repetición no debe convertirse en tedio y monotonía. Aquello que debe repetirse debemos encontrar la manera de cómo vivirlo e interpretarlo de una nueva forma y de una manera que nos sea ilustrativo, entretenido, meditativo y enriquecedor. Si no, es mejor no hacerlo.
Nuestros ideales, ideas y el cuidado de lo que es sagrado lo enfrentamos con la rutina y disciplina diaria. Los dos deben combinar en equilibrio. Se viven rompimientos, explosiones, cambios, clímax que nos llevan a poner en equilibrio estos dos polos.
Vivimos el proceso de sincronizar aquello que deseamos y consideramos importante, lo sagrado, con lo que también es importante, nuestras necesidades terrenales, nuestros hábitos. Aunque sean malos, debemos abrazarlos, incluirlos en el plan para avanzar hacia donde queremos.
Nuestros hábitos se enfrentan a nuestros intentos. De los dos lados se debe ceder, hay momentos en que un lado cede, otros en donde el otro lado cede, pero los dos se deben reunir y encontrar armonía y equilibrio. La complejidad de ser pareja. Todo es pareja. Todo es comunidad, tolerancia y convivencia.
La consciencia celestial es sagrada, pero debe armonizarse con la realidad terrenal. Nuestros cuerpos, historia, vida, y todo lo que existe y tiene fisicalidad debe seguir a la consciencia celestial. Para esto hay que purgar la consciencia celestial de la energía negativa, de la información negativa, del legado de Ak Yah Toh. Una vez encontrada la verdad que hay que seguir, ésta debe entender que se deben vivir ciclos, repeticiones y un proceso líquido y sólido de llegar hasta ahí, y que por lo tanto la manifestación de ello no es inmediato, sino que debe pasar por su debido proceso terrenal.
El habito de nuestras vidas debe estar en constante apertura y disposición de alinearse a lo sagrado. Lo sagrado debe ser flexible, consciente y tolerante con la gravedad de la realidad física que está caminando hacia esa luz.
La ciclicidad y repetición no debe convertirse en tedio y monotonía. Aquello que debe repetirse debemos encontrar la manera de cómo vivirlo e interpretarlo de una nueva forma y de una manera que nos sea ilustrativo, entretenido, meditativo y enriquecedor. Si no, es mejor no hacerlo.