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Círculo de palabra

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1 Kawoq

Lectura en la entrada del Vlog:

http://circulodemedicina.com/se-kiawitl-seras-bendecido-por-los-servicios-que-estes-dando/

El peor de todos los demonios nos engaña haciéndonos creer que somos entidades abstractas, no físicas; almas, mentes que vagan sin saber mucho del cuerpo, el entorno, el mundo en el que vivimos, la naturaleza de la que formamos parte. Estamos atrapados en el sueño de nuestra no-fisicalidad y naturaleza espiritual, que está muy presente, pero también somos seres vivos físicos y, al contrario de lo que el mundo moderno nos hace creer, en realidad no sabemos mucho al respecto.

El papel para la acuarela del I-ching es blanco; partimos de la luz. El otro extremo, su complemento, es el negro, el color más oscuro. Estos dos colores representan: el primero, la luz extremadamente brillante, y el segundo, la oscuridad total. Conceptualmente son opuestos y podrían y deberían ser intercambiables, pero no, así es como pensaríamos naturalmente, como almas y consciencia. La parte física, el conocimiento, es que no podemos tener papel blanco y negro indistintamente y pintar sobre los otros colores a partir de ahí. En cuanto a las acuarelas, si pintas sobre negro, se verá muy poco; por eso el papel es blanco, y si quieres, puedes pintar encima el negro. En consonancia con esta idea estamos hechos: nuestra forma, la forma de nuestro cuerpo, se crea en proporción al entorno que nos rodea y que nos da vida; ese es un mundo, aparentemente externo a nosotros, pero que es muy nuestro y nosotros somos muy suyos. Al moldearse a la tierra, la tierra se moldea a nosotros; somos uno y lo mismo. Moldeamos el mundo y lo que el mundo es para nosotros, tal como nos moldea, aunque temporalmente desconozcamos sus detalles. Esta tierra, como este símbolo, la tormenta, encierra muchos misterios: el tiempo, la magia; todo es uno y lo mismo; es nuestra energía manifestándose hasta su consumación.

Pensar en la tormenta como algo problemático e indeseable es ingenuo y supersticioso. Supersticiones como esta nos hacen inferiores, nos alejan de un mundo real donde, de hecho, no estamos condenados por no cumplir con nuestros propios estándares de lo que debería ser. Simplemente es, y adivina qué, es genial. Nos perdemos el pasto verde porque miramos al otro lado de la valla, donde, bueno, es mejor que el pasto verde, es un feed infinito de traseros hermosos (por favor, capten mi referencia a las redes sociales). Pero es un feed falso, demasiada información que nos está quitando la energía. Escuchar o leer la descripción que hace Gerardete del pasto verde te quita la oportunidad de la masticarlo. Y bueno, ¿qué sabemos de masticar?

¡Aloha!

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